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QUEDAMOS POCOS, sí

QUEDAMOS POCOS, sí

Julia,  no coges hoy pan?, no, no, que aún me queda del lunes.

Esta fue la respuesta que recibió el  panadero cuando éste llamó a

una clienta que no se había presentado a los sonidos de la bocina de su furgoneta. Al frutero, al de los congelados, … más de uno se encuentra con esta situación.

Es la situación de la Serranía Celtibérica, o La Laponia del Sur, como así ha denominado el Profesor Burillo al territorio más asolado por la despoblación. Es como un desmesurado  brazo de mar que se esconde bajo tierra y aparece en el interior de la provincia de Castellón en la parte que linda con la provincia de Teruel, continúa por ésta,  causa algún estrago en Zaragoza, recorre una buena parte de Guadalajara y Cuenca y barre toda  nuestra querida provincia de Soria. También se muestra fuerte en una pequeña zona de La Rioja y una parte de Burgos y  Segovia.

Alrededor de 65.000 kilómetros cuadrados con una densidad de población por debajo de los 8 habitantes/km2.

Pero estamos de moda.

En las sociedades avanzadas, eso nos dicen, cuando una zona, una ciudad, un producto o una marca se pone de moda los clientes se lanzan en su búsqueda para comprarlo, para presumir y estar a la última, para enseñárselo a los amigos,  para ser el primero en tener esa marca de moda,  para disfrutar de él. En el caso del medio rural y la despoblación estamos muy de moda y todo el mundo habla de él pero…

Nos dicen que con internet y ya conectados a la globalidad se resolverán una gran parte de todos nuestros problemas y ello posibilitará el que veamos niños correr por la plaza, jóvenes conectados  y a los padres pasear o tomarse una cerveza en el bar. Y si es verdad pero en  mes de de agosto y cuando son las fiestas. Al disponer de internet, sus necesidades ya están cubiertas, nos dicen.

Nos hablan de que es necesario el que los nuevos pobladores, gente joven emprendedora, van a dinamizar al medio rural y crearán algunos puestos de trabajo para asentar a la población.  En mi pueblo, que sí disponemos de internet vía satélite pagando 80 € al mes, todavía no  conocemos  a estos nuevos pobladores. Esperamos que lleguen pronto pues como tarden es posible que ya no estemos.

Nos indican que manteniendo los servicios públicos, escuelas, médico, farmacia, tienda de alimentación,  etc. la gente se quedará en los pueblos y vendrán nuevos pobladores pero no tenemos médico, a los hijos los tenemos que enviar a la capital durante toda la jornada y la farmacia la han cerrado porque somos pocos.

La pequeña tienda de alimentación se va manteniendo pese a que ahora llegan desde la ciudad y nos traen todo lo que necesitemos.

Nos hacen saber que los residentes de las grandes ciudades están cansados de tanto ajetreo,  de coger el metro o el bus, de tanto estrés, pérdida de mucho tiempo para ir al trabajo, … pero la gente joven está deseando de irse a la gran urbe para disponer de toda la tecnología,  de más servicios, de más cultura y de más posibilidades laborales. Y la gente joven es inteligente ¿no?.

Nos animan a ser pacientes, que todo llegará pero nos damos cuenta que a los habitantes de las grandes ciudades les facilitan el relajarse de tanto ajetreo diario, para reponerse de tanto estrés, de tanto metro y bus, … con grandes inversiones, en hoteles, en servicios,  en   buenas vías de comunicación o poniendo en marcha nuevas rutas con el tren de alta velocidad que los acerque en el menor tiempo posible a las playas del Mediterráneo  o  a otras zonas de esparcimiento. De esta manera, nos dicen, se relajan durante el puente o el fin de semana.

Nos parece estupendo que todo el mundo tenga posibilidades de trasladarse de su lugar habitual a otros más pausados pero como dice un alcalde de la zona,”¡¡¡ coño échennos algo a nosotros!!!” . Sin decirlo se refiere a la cantidad de  proyectos de estudio, de viabilidad, de  eventos,  de teorías, …,  “más inversiones y servicios,  verán como sabemos administrarnos y asentar la población”.

Pero estamos de moda y eso es importante.

Alguna vez me he preguntado, y no he encontrado la respuesta, acerca de cuánto cuesta, económica y socialmente, mantener un pueblo abandonado durante diez u once meses al año,  la  iluminación de las calles, mantenimiento y limpieza de  calles, depósitos de agua, el cementerio, alcantarillado, las farolas,  ….Pienso que tiene que resultar más económico de mantener un pequeño núcleo de población habitado que forzar el abandono de sus habitantes a las grandes urbes.

Hace ya unos cuantos años, el médico, la farmacéutica, el veterinario, la maestra, el guarda forestal y todos los titulares de servicios públicos vivían en el pueblo y eran vecinos. ¿ No se puede provocar  desde la administración que todos estos profesionales, por el  hecho de residir en el pueblo donde prestan sus servicios obtengan una puntuación extra en las oposiciones?. Se necesitaran más personas, desarrollarán su profesión, adquirirán experiencia y se crearía empleo.

A menudo escuchamos y leemos en los medios de comunicación que, por motivos de interés laboral o de otros, a las grandes compañías que se asientan en nuestro territorio les proponen ayudas fiscales y de otro tipo para evitar su deslocalización.

Las personas y los pequeños negocios existentes en el medio rural  ¿no pueden recibir el mismo trato fiscal?.

Hoy día resulta complicado rehabilitar una vivienda en los pueblos, empiezas por los escombros y como nos han cerrado los basureros tienes que preparar un montón de dinero para disponer de una bañera y su correspondiente camión para que traslade los escombros. Y sin haber empezado la obra.

O el pequeño ganadero que sufre alguna baja de su ganado y se las ve y se las desea para deshacerse de la oveja o el cordero. Menos mal que sigue habiendo buitres.

El estar de moda, tiene sus ventajas  amigo.

Tenemos la ventaja de no conocer la prisa, de vivir muy cercanos al puesto de trabajo, de practicar una economía colaborativa, que tan de moda está,  de contar con los vecinos ante cualquier adversidad, de conocer y amar a la naturaleza que todos los días nos cobija y nos muestra novedades,  de pasear por nuestros caminos recordando historias del pasado, contando historias actuales o proyectos de futuro, de conocer a la tierra y saber que en unos meses nos devolverá con creces lo que hoy hemos sembrado,  de ver volar los buitres y saber por ello que algún animal hay cerca y no tiene buena salud, de ver volar al milano real y su pelea por alimentarse o como la yegua cuida de su potrillo y cuando necesitamos cultura nos desplazamos.

Aquí, en los pueblos, los niños salen solos a la calle, juegan con la bicicleta, se fabrican sus arcos  y flechas y se pasan toda la tarde jugando. Y sin aburrirse.

Calidad de vida amigo

Llevamos boina en la cabeza, pero eso no nos impide pensar y luchar por nuestros sueños.

Nos puede parecer broma pero en los pueblos tenemos unos servicios privados que ya les gustaría tener en las grandes urbes. Si no sales al panadero te llama para saber cómo estás y  el motivo, el frutero te lleva la fruta a casa si es preciso y el de los congelados llama a la puerta para saber si todo va bien y si necesitas alguna cosa.

Y también disponemos de algún servicio público como el de la enfermera que  se desplaza hasta tu casa para interesarse por el catarro que tenías hace un mes y surge la conversación, claro.

No te quejes, le dice la enfermera en su visita al paciente, que aquí aún estáis más de la veintena en invierno.

Atención personalizada le llaman los expertos en comunicación.

(Cuando estoy finalizando esta nueva entrada en el blog, escucho una especie de griterío en la lejanía, me asomo por el balcón y observo como un gran bando de grullas se dirige hacia el sur. A las grullas les obligan a emigrar, no soportan bien los  rigores del invierno)