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LUNES DE BAILAS: SOLEMNIDAD, ALEGRÍA Y LÁGRIMAS

Comenzaba el último día de fiestas, las nuestras como jurados, lo hacía con un sol esplendido y el calor intenso del resto de días desde primera hora de la mañana. Cada momento de este día lo vivimos de una forma aun más especial si cabe, al tratarse de los últimos actos como jurados en las fiestas de San Juan.

A las 8:00 horas dimos comienzo a la

diana por el barrio, con jurado a la cabeza y colaboradores, mientras

jurada y secretaria se preparaban en la peluquería. Como en dianas

anteriores no faltaron las risas, bailes y canciones, para despertar

a los vecinos del barrio y repartir pastas y moscatel entre los

vecinos y transeúntes del barrio.

A su vez, la actividad no paraba en el local de la cuadrilla, ultimando los preparativos para tener lista la talla de San Esteban, sobre todo en su decoración con preciosas flores frescas (Gracias a la floristería Mis Flores) y la sujeción firme a sus andas (algún gran momento dio este rato...“¡Que viene de nalgas!”).

Mientras tanto, los jurados fuimos a vestirnos, con trajes de color negro para un día tan solemne como es la mañana del Lunes de Bailas, portando la jurada una preciosa teja con mantilla en su cabeza, siendo esta última, la que llevó su difunta madre tal día como este en el año 1988, al igual que la cartera, siendo a modo de homenaje.

Una vez preparados y ya de vuelta al

local, con San Esteban engalanado y con todos los colaboradores de la

cuadrilla listos, partimos rumbo hacia Plaza Mayor con el santo en

alzas.

A las 10:30 horas daba comienzo el

desfile más solemne hasta la Alameda de Cervantes, con procesión de

todas las cuadrillas con las tallas de sus santos, santas o vírgenes.

Nuestros cuatros portaron a San Esteban, vestidos con camisa blanca

personalizada con nuestro logotipo y pantalón negro, ellas con

vestido negro.

El calor fue protagonista otra vez en esta jornada, por lo que parte de nuestros colaboradores fueron ofreciendo agua a todos los piñorros en distinto puntos del mismo, al igual que sucedió el día anterior en el desfile del Domingo de Calderas ¡Gracias por esta gran labor! Así como agradecer a todos los piñorros y piñorras que desfilasteis con nosotros ¡Gracias!

El desfile concluyó en la ermita de la

Soledad. Una vez allí, saludamos a los jurados de La Blanca y

autoridades, pasando a colocar todas las tallas de las cuadrillas a

ambos lados de los bancos preparados a la entrada de la ermita, lugar

donde tiene lugar la misa en honor a la Virgen de La Blanca.

Al acabar la eucaristía, de nuevo desfilamos cada cuadrilla con su talla hasta la Plaza Mayor, donde nos esperaban en las escalinatas de la fachada principal del Ayuntamiento, la Virgen La Blanca con sus jurados y colaboradores, por donde dan paso todas las cuadrillas (salvo la Virgen de La Mayor que permanece durante todo el acto de espaldas en la puerta de sus iglesia), rindiéndole pleitesía a su paso.

Cuando llegó nuestro momento, hicimos la reverencia correspondiente a la

Virgen de la Blanca (cartelero, piñorros, cuatros con talla del santo,

jurados, secretarios, familiares y músicos, en ese orden). Nuestras

cuatras tuvieron un detalle con la cuadrilla de La Blanca, entregándole

cada una a su jurada una rosa roja procedente de la talla de San

Esteban, momento muy emotivo junto con nuestro saludo a sus jurados Igor

y Nuria.

La entrada en la Plaza Mayor fue al son

de música solemne y todo envuelto en sobriedad y austeridad. Tras

finalizar las reverencias a la Virgen de La Blanca y la entrega de

flores, la salida de la plaza fue totalmente diferente, a ritmo de la

sanjuanera de “Las Bailas” con un gran alboroto y el santo

elevado y zarandeado. Un raro pero precioso momento, el del choque

musical que se produce por parte de las cuadrillas que van entrado y

saliendo de la plaza.

La mañana de solemnidad dio paso a la

última ronda por todas las calles del barrio con la talla de San

Esteban a hombros de los colaboradores de la cuadrilla. La primera

parada nos llevó hasta el Camping Fuente de la Teja, donde al

llegar, Carlos nos tenía preparado un picoteo para coger fuerzas

para la ronda que no había hecho nada más que comenzar. Antes de

empezar con el aperitivo, los jurados quisimos agradecer a toda

nuestra gente el trabajo realizado antes y durante todas las fiestas,

ya que sin ellos no hubiera sido posible, comenzando a brotar ese

sentimiento de pena...nos dábamos cuenta que esto llegaba a su

fin...pero había que disfrutar de la última ronda todos juntos y

paseando al santo a para los vecinos de la cuadrilla.

Al finalizar el picoteo, y como tenían

preparado un grupo de colaboradores de la cuadrilla, secretario

primero y jurado seguido, acabaron en el fondo de la piscina del

camping, donde tras un fuerte abrazo entre ambos en el agua (otro

momento de recuerdo que reflejó la alegría por lo bien que había

salido todo en la cuadrilla durante las fiestas), rápidamente

salieron de la piscina porque había que continuar con la ronda.

Gracias a los colaboradores que estuvieron atentos y rápidos para

facilitarnos ropa seca a secretario y jurado, que bien planeado lo

tenían...

La siguiente parada nos llevó a la

urbanización Las Batuecas, donde sus vecinos nos obsequiaron con un

fabuloso aperitivo y toda su hospitalidad. Tras pasear a San Esteban

por la calle de su urbanización arropados por sus vecinos, pasamos a

la zona de la piscina donde recargamos fuerzas con el

picoteo...siendo esta vez parte de los colaboradores de la cuadrilla

los que se pegaron un buen chapuzón...el día y el calor acompañaba

e invitaba a ello. Quisiéramos agradecer la plena disponibilidad de

la urbanización en todo momento, con su amabilidad siempre

pendientes de nosotros y de que no le faltara nada a nadie de la

cuadrilla ¡Gracias Batuecas!

Era hora de continuar con la ronda por

el resto de calles del barrio, llevados en volandas al son de la

charanga El Cachondeo como el resto de las fiestas ¡Que grandes

sois!.

Esta ronda dio grandes momentos que

como jurados no olvidaremos...la talla del santo pasando por las

manos de los diferentes colaboradores de la cuadrilla, la emoción de

vecinos al pasar San Esteban por delante de su casa (como la sorpresa

tan grata que nos llevamos por parte de una vecina, la cual fue

jurada de Santa Bárbara en el año 2006, que nos estaba esperando en

la puerta de su casa con un ramo de flores y champán para brindar

con todos nosotros ¡Gracias Blanca!), vecinos colocando ramos y

flores en las andas del santo, todas las muestras de cariño y

agradecimiento de los vecinos hacia la cuadrilla por el desarrollo de

las fiestas en el barrio, así como en todas las puertas que nos

obsequiaron con bebidas o comida...indescriptible cada imagen de esta

ronda...sin palabras y todo recuerdos que quedaran siempre para

nosotros como jurados.

Y aunque la ronda abarca un espacio

grande de calles, todas las que recoge la cuadrilla de San Esteban,

la misma se hizo muy corta, por lo arropados que estuvimos por los

vecinos y por las ganas de pasárselo bien de todos los colaboradores

de la cuadrilla, con la alegría y diversión presentes de principio

a fin de la misma....No tenemos suficientes palabras de

agradecimiento ni para los vecinos del barrio ni como para nuestros

colaboradores...¡Sois increíbles!

A mitad de la ronda, hicimos un

necesario avituallamiento con bocadillos y bebidas que acercaron

varios colaboradores de la cuadrilla hasta donde nos encontrábamos

para que la fuerzas no decayeran. En esos instantes, la tarde empezó

a nublarse debido al calor intenso vivido durante todas las fiestas,

avisando de una posible tormenta en breve. Como ha pasado otros

muchos años de fiestas, la tarde de Las Bailas parecía que llamaba

a la lluvia...

Tras recargar pilas, continuamos con la ronda, ya que ni las nubes ni alguna gota de lluvia que comenzó a caer de forma breve durante el recorrido, fueron impedimento para completar la vuelta al barrio y disfrutar de aun más grandes momentos, eso si, con plástico en mano para tapar la talla del San Esteban si fuera necesario.

Otro de esos momentos surgió a la altura del Camino de la Rumba, donde entre 2 grupos de colaboradores decidieron que había que procesionar al jurado y a la jurada, y subidos en alto como el santo y a ritmo de saeta recorrimos la calle...¡Otro momentazo! ¡Uno más!

Con la lluvia amenazando, y conforme se

iba acabando el recorrido y nos acercábamos al local de la

cuadrilla, la emoción y los sentimientos nos iban embargando, y

saludando a los últimos vecinos ubicados en sus ventanas,

aparecieron algunas lágrimas procedentes de sentimiento enfrentados,

pena por un lado ya que el final de las fiestas se acercaba (se

habían pasado 6 días maravillosos e inolvidables), y satisfacción

por como salió todo durante las fiestas y lo vivido por todos los

miembros de la cuadrilla durante las mismas...pero aquí no acababa

todo...faltaba el Adiós San Juan.

Tras acabar la ronda, la lluvia estuvo

presente durante unas horas, por lo que no pudimos bajar a disfrutar

de Las Bailas a orillas del Duero...así que pasamos toda la tarde en

el local de cuadrilla, recuperando fuerzas del día vivido y con la

sensación de pena cada más presente en el ambiente...el final que

nadie quería que llegara se aproximaba.

Ya entrada la noche, quedamos

previamente los jurados a tomar algo, para después dirigirnos todos

juntos hasta la puerta de la Alameda de Cervantes para realizar el

último desfile de nuestras fiestas de San Juan como jurados. Al

llegar a la Plaza Mayor y salir de nuevo a las escalinatas, venían

los primeros recuerdos, y al sonar la primera sanjuanera nuestra

jurada no se pudo contener y comenzaron a aparecer las primeras

lágrimas en sus ojos, que le acompañaron hasta la última

sanjuanera “Adiós San Juan” interpretada por la Banda de Música.

Según iba sonando cada una de las

sanjuaneras, los recuerdos de cada uno de los días de fiestas te van

inundando mientras en tu cabeza los vas grabando para siempre, y con

la emoción y sentimientos a flor de piel, tu mente sigue captando

más instantes de este último acto de fiestas, que aunque con la

parte de tristeza que conllevan, también son muy especiales e

inolvidables para los jurados.

Que razón llevaban aquellos jurados

con los que fuimos hablando tras nuestra elección, aconsejándonos y

contándonos su experiencia, acabando siempre con esta frase

“Disfrutad de cada momento de las fiestas como jurados al máximo,

que cuando te quieres dar cuenta ya estáis otra vez en las

escaleras”...¡Cuanta razón!...Esta experiencia que tanto tiempo

llevábamos esperando y preparando con tanta dedicación e ilusión

llegaba a su fin en el presente pero no en el futuro, ya que el

recuerdo de todo lo vivido estará siempre presente en nosotros.

Y

colorín colorado este cuento se ha acabado...que no! Aún nos queda

por contaros más momentos de los vivido como jurados tras finalizar

las fiestas y hasta llegar El Catapán del año 2020, momento cuando

tengamos que entregar el relevo a los nuevos jurados de San Esteban.

¡Vino

y Música!