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TRES DÍAS DE FEBRERO

                                   TRES  DÍAS DE FEBRERO

Pues  según he visto en el móvil esta mañana, da nieves para el fin de semana y según parece, bastante nieve, más de 20 cms pareja  caerá, indicó uno de los presentes.

Bueno, igual nos quieren asustar como en otras ocasiones que indicaban mucha nieve y luego apenas cayó un dedo en las calles y en la carretera ni se notó que había caído, apuntó otro de los tertulianos.

Era martes y quedaban tres días para el fin de semana, igual cambia como en otras ocasiones, sentenció otro de la cuadrilla.

Hacía unos días la nieve había hecho acto de presencia pero fue más lo anunciado que la realidad.

Los días fueron transcurriendo y el jueves por la noche, alguno de los presentes en el bar, manifestaba que esta vez sí que  caería con ganas, el astro que se ha puesto no miente. Mañana viernes nieva, indicó con total seguridad.

La mañana  se despertó con un grado sobre cero, una buena temperatura para que la nieve continuase cayendo como ya lo había hecho desde hacia unas horas,  poco más de un dedo contemplábamos en la plaza mientras esperábamos al panadero. Se estaba retrasando  más de la cuenta.

Pasadas las diez y media cogimos el pan, alguno al abrigo del paraguas y otros bajo los copos de nieve que continuaba  cayendo.

Perdón por el retraso nos indicaba Carlos, el panadero de Almarza,  pero el  puerto se está poniendo bastante mal, está la quitanieves trabajando sin parar desde hace unas horas pero el viento que se ha levantado mueve la nieve y eso, como ya sabéis, no es nada bueno.

Por lo menos pan ya tenemos, pero habrá que acompañarlo de algo, comento alguno de los presentes con la barra de pan debajo del brazo.

Durante todo el viernes la nieve nos estuvo visitando, a veces con esa pausa de caída que tanto apreciamos en general y cayendo copos como boinas  y en otros momentos nos visitaba con ráfagas de aire que no presagiaban nada bueno.

¡¡¡ Coño que viento sopla esta mañana !!!, comenta alguno de los vecinos presentes  en el bar mientras nos tomamos un café a primera hora de la mañana del sábado. Era algo más tarde que otros días, algunos tuvimos que hacer camino con la pala  y otros se habían enfundado las botas de nieve para poder andar  con seguridad en su recorrido hasta el bar.

Pues desde media noche que se levantó el aire, comentaba otro de los asistentes, habrá movido bien la nieve. Ya me gustaría ver como la está recogiendo allá por el cementerio de Cecilia, por Valdecantos, a la entrada de Santa Cruz y en la variante de Villartoso.

Lo que tiene que estar mal es el puerto. Si por aquí sopla con tanta fuerza, en el puerto no te quiero ni contar la que estará preparando. Ya me han llamado los de la carretera para que le de la vuelta al cartel y ponga cerrado.

Los veinte centímetros anunciados se habían convertido en casi treinta  por todo el pueblo y en otros núcleos cercanos se habían alcanzado  los cuarenta centímetros de altura de nieve. Había caído de forma pareja y aún se escapaba alguna racha de aire mezclada con nieve pero ya sin la pausa del día anterior.

A primera hora de la mañana del sábado todos los tejados mantenían la nieve  y alguno de ellos ya tenía su correspondiente visera  que volaba sobre la calle al tiempo que amenazaba con desprenderse del alero donde se encontraba.

Lo que no paró de soplar durante todo el día fue el viento, las ráfagas eran continuas y todas arrastraban la nieve a los lugares habituales donde siempre se recogía, pequeños ventisqueros por alguna esquina y algo mayores en rincones donde la cellisca aparcaba su recorrido

La alegría por la nieve acumulada iba por barrios, para los agricultores era muy bien recibida. Se estaba empapando la tierra y los sembrados. El campo lo agradecería, lo que no deseaban es que helase, el hielo seca la nieve y con ello se pierde mucha agua. Esta importante nevada era bien recibida pero allá para el mes de mayo tendrá que llover más para las labores realizadas desde el pasado mes de septiembre den su rendimiento.

Para otros, los ganaderos,  la cantidad de nieve caída significaba que el ganado no lo podían sacar al campo durante varios días y por tanto la ración de pienso había que incrementarla. Al no poder sacarlas al campo los animales se ponían nerviosos y durante los primeros días se pasaban el día berreando.

Durante todo el día del sábado el puerto permaneció cerrado pese a que dos máquinas quitanieves no dejaron de arrastrar su palas por la carretera pero la nieve y las fuertes rachas de aire no paraban de cambiar la nieve de sitio para descargarla en los lugares de costumbre. Una tercera máquina fresadora acudió por la tarde para ayudar. El domingo el puerto ya estaba abierto.

Los grandes ventisqueros que se habían formado en Cecilia, en Valdecantos, a la entrada de Santa Cruz y en Villartoso continuaban erguidos en la carretera. El lunes les llegaría su turno y, de nuevo, por todas las carreteras de la comarca se podía circular con total normalidad. Hay que destacar los esfuerzos de los operarios de la Junta de Castilla y León por mantener abierto el puerto, el gran trabajo de la Diputación de Soria y su equipo y los trabajadores de la Mancomunidad de Tierras Altas. Con personas como ellos, da gusto vivir en esta tierra.

El domingo, pese a la nieve existente, caminaba por el paraje de Las Jimenas, poblado celtíbero existente en Villar del Rio, y mientras recorría sus alrededores pensaba en los antiguos pobladores y su forma de vida en días como estos  tres de febrero.

El fin de semana transcurrió con normalidad, buenos almuerzos, vino y cervezas bien frías. Todo ello entremezclado con recuerdos del pasado y las grandes nevadas que caían, con anécdotas del presente y con sueños de futuro para que esta tierra se mantenga y la herencia de nuestros antepasados de las Jimenas no se pierda.

Durante estos tres días no hubo problemas para acompañar la barra de pan con  variadas viandas, hacía unos días que la matanza ya estaba en la despensa.